Cuando
en el Senado Nacional se trataban proyectos para combatir la Trata de Personas y se
mencionó el “trabajo infantil” como parte del problema, el Senador De Angelis
manifestó su apoyo argumentando que “es
bueno reglamentar el trabajo de los gurises en el campo, para que después no
vengan a reclamar giladas”. Dicho esto, se subió a su “chata” (4x4) y se
fue a contar su propuesta a los Jefes de la Sociedad Rural.
No hubo forma de hacerle
entender que la “propuesta” es PROHIBIR, no “reglamentar” el mal llamado “trabajo infantil” en realidad es “explotación
infantil” “esclavitud”, no es trabajo, nombrarlo como trabajo es darle un
status de legalidad y aprobación, de dignidad, el trabajo dignifica, nada más
lejos que de ello, la explotación infantil, nos debe hacer sentir vergüenza como
sociedad, es el exponente máximo del crudo neoliberalismo.
Pasaba
el tiempo y no aparecía alguien, desde el “campo popular”, que por lo menos
empardara los dichos del representante del “campo-campo”, el De Angelis, en la
consideración de las “Doña Rosa” rurales y citadinas. Pero entonces apareció el
gauchito del oeste, ataviado con
criollo poncho, Don Ishi, el otrora intendente vitalicio y ahora senador
provincial con una oferta superadora a la zoncera de De Angelis, a saber:

El
gauchito del oeste ha recibido cascotazos de todos lados, casi tantos como
Pablito y su papá (que no pueden manejar su genético patoterismo).
Las críticas a De Angelis
van dirigidas a que la disciplina militar, no va a solucionar la inseguridad en
general se acepta que brindar, para los jóvenes con dificultades de inclusión,
educación, salud, contención trabajo pueden ayudar mejor para encarar la
problemática.
Me
quedé pensando por qué se le ocurre a alguien que un aspecto de la actividad
militar, esto es “la disciplina”, puede serle útil a la sociedad civil con un
tema como la “inseguridad” (de tanta difusión mediática).
¿Qué sabemos hoy de “los
militares”?
¿Dónde están?
¿Cuántos son? ¿A qué se
dedican?
En
los últimos tiempos hemos visto a unos señores muy serios, vestidos de civil, gente
mayor todos, sentados en locales judiciales. Son los militares del proceso que
están siendo juzgados por toda una gama de delitos aberrantes de lesa humanidad
en perjuicio de ciudadanos argentinos en la década del 70.
Dicen
que no más de 700 han sido juzgados y condenados durante el genocidio cuando el
Cuerpo de Oficiales de todas las fuerzas represivas superaba los 20.000 hombres.
Más cercanos están en nuestra memoria, la tragedia de Malvinas y sus
consecuencias, la dramática conmoción de la Semana Santa Alfonsinista, los
carapintada, Rico, Seineldín, La
Tablada , Néstor ordenando bajar el cuadro, la reactivación de
los juicios.
Es el gauchito del oeste
quien trae hoy a “los militares” a consideración pública y a su “disciplina”
como parte del aparato estatal.
Don Ishi me dejó la duda.
¿Qué son hoy los militares argentinos? ¿Para qué sirven? Lo que hagan o no hagan los militares, a
nosotros, los comunes ciudadanos del llano, ¿cómo nos influye?
Como
no encontré mucho en Wikipedia, tuve que recurrir al viejo, anticuado y
aburrido método de buscar datos, opiniones en libros y revistas. Recurrí
nuevamente a mi amigo Carlitos (ese que tiene un primo que trabaja en la
portería de la Biblioteca Nacional ),
y a la semana el mismo Carlitos me trajo una caja de bananas de Ecuador, que no
tenia bananas sino algunos libros y revistas envueltos en papel de diario con
tela de araña y polvo.
Su
primo rescató del segundo subsuelo lo que creyó me podía ayudar y me dijo que
me lo podía quedar, pues nadie en 30 años lo había reclamado.
-
“Parecido a las carpetas del Cóndor, viste?!” - me
dijo.
Después
de quitarles el polvo, pude seleccionar algunos que me parecieron apropiados, eran
títulos de Alain Rouquie; de Robert
Potash; de Jauretche, de Jorge Grecco - Gustavo
González; de Florentino Díaz Loza; Horacio Ballester; Edgar Argentino Martínez.
Estos autores son algunos argentinos y extranjeros que abordaron la temática de
la relación entre Sociedad Civil y
Militares en Argentina.
Luego de hojear un poco el
material llegué a dos primeras conclusiones:
1) ¿No habrá un lindo
resumen en Google?
2) ¡Cuántas cosas que no sé..
y cada vez son más!
Como es un tema para leer, investigar
y pensar largo rato sólo trataré de mencionar algunos aspectos para mí
desconocidos (hasta ahora).
Díaz Loza, en su libro “Doctrina Política del Ejército”, 1973
dice:
“Ningún Estado, Institución,
Cuerpo y Organismo puede modificarse sin un proyecto actualizado, cierto y
claro. Para ello debe basarse en fundamentos históricos- filosóficos que asistan
al pensamiento pragmático, porque si no se conoce la propia historia no se sabe
hacia donde se va, en razón de no conocer de dónde se viene.”
(Asocio esto a ideas
expresadas por Cristina en varios discursos), y continúa:
“El pueblo es quien engendra
al Ejército. Nace del seno de la civilidad. Pueblo y Ejército son la misma
cosa. Cuando por desgraciadas circunstancias se han separado, cuando el brazo
armado de la ciudadanía ha pasado a ser instrumento de grupos económicos,
clasistas, monopólicos y oligárquicos, se desnaturaliza su misión, ambos se
desangran y en última instancia culmina con la destrucción del ejército.”
El
30 de septiembre de 1806, Liniers convoca a los vecinos de Buenos Aires, a la
población civil de entre 16 a
50 años, para organizar la lucha contra los invasores ingleses. Acuden
españoles, criollos, esclavos, gauchos, libertos, patricios, arribeños, cazadores
correntinos, husares de Pueyrredón, castas de pardos y morenos.
La revolución de Mayo
organiza expediciones al Paraguay y Alto Perú.
Castelli,
Belgrano – hombres de derecho, de la intelectualidad política- encabezan la
patriada. San Martín organiza el mítico regimiento con jóvenes de Buenos Aires
y también con “300 naturales de las misiones” según su pedido. Cabral fue uno
de ellos.
En
1955 y 1976 el Ejército argentino se alzó contra gobiernos legítimos elegidos
democráticamente.
Ríos
de sangre, según afirma Cristina, separaron al Ejército de su pueblo y llevaron a la actual
situación. Parece confirmarse lo escrito por Díaz Loza en 1973:
“Cuando un ejército sirve a
la causa de la soberanía nacional, en todos sus campos y ámbitos, cumple con su
misión.”
Cuenta Alain Rouquie en “Poder Militar y Sociedad Política en la Argentina ”:
“Entre Junio de 1943 y Junio
de 1946 conduce Argentina un gobierno militar, surgido por el Golpe de Estado
del 4 de junio de 1943, en medio de luchas internas, marchas y contramarchas,
con ámbito mundial de última etapa de la Segunda Guerra Mundial y gran
actividad política social.
Ese gobierno entre otras medidas logra:
- Transformar el Departamento de Higiene del Trabajo en
Secretaría de Trabajo y Previsión.
- Crear el “fuero laboral”,
a partir de ese momento serán jueces laborales quienes resuelvan los conflictos
entre obreros y patrones. Hasta ese momento los comisarios de policía resolvían
las diferencias obrero-patronales.
- Se hizo obligatorio el
descanso dominical para 50.000 obreros de la carne.
-Los empleados
administrativos del Ferrocarril obtuvieron el derecho a jubilarse.
En agosto de 1944, el
Presidente Gral Farrell y el Secretario de Trabajo Cnel Perón firman el decreto
28.169/4, conocido como el “Estatuto del Peón”, que ponía fin a la relación semi-feudal
de trabajo en las estancias y establecimientos rurales.”
(Este decreto fue derogado
por la Revolución Fusiladora
de 1955 y reimplantado por Cristina en el año 2012.)
“ - Se impulsa la actividad de la reciente flota mercante
nacional.
- Se crean cajas de seguridad nacional
- Se generalizan los derechos jubilatorios.
- Se crean e impulsan actividad de empresas metalúrgicas.
- El Estado interviene en el régimen de alquileres de
viviendas urbanas.
- Se despenaliza y promueve la actividad sindical.”
Opina Alain Rouquie:
“El Coronel Perón esboza su
doctrina política paralelamente a su acción en el campo social o mejor dicho
desarrolla en un plano más general principios básicos de origen militar que
habían formado sus preocupaciones sociales.
No eran ideas nuevas, pero el Coronel Perón tuvo el temible privilegio
de aplicarlas.
(Parece que, también en esa
etapa, se verifican los dichos de Díaz Loza.)
De la lectura de algunos de
los materiales surgen términos y conceptos no muy conocidos:
1) Estrategia
2) Hipótesis de conflicto
Alejandro
Magno, los griegos, los romanos, los chinos se ocuparon en sus tiempos de
elaborar teorías y reflexiones sobre el tema:
En el libro “Argentina el Ejército que tenemos”, 1990,
sus autores los periodistas Jorge Grecco y Gustavo González nos cuentan que,
según consta en: “Dictionary of Military and Associated Terms”, los Jefes del
Estado Mayor Conjunto de EEUU acordaron la siguiente definición:
“Estrategia es
el arte y la ciencia de utilizar las Fuerzas Armadas de un país para lograr los
objetivos de la política nacional mediante la aplicación de la fuerza o la
amenaza de utilizarla”.
Así,
la estrategia, no es un simple juego
bélico destinado a que los militares se entretengan en sus horas de servicio
sino que es una necesidad elemental de
cualquier país, pues de ella depende la vida de sus habitantes.
La
estrategia militar es parte de una estrategia nacional más amplia, que es el proyecto de país.
Una
definición aceptada de “estrategia de
país” enuncia que:
“es
el arte y la ciencia del desarrollo y empleo de las capacidades políticas,
económicas y psicosociales de una Nación junto con sus Fuerzas Armadas durante
la paz o la guerra, para lograr objetivos nacionales”
Por
eso la elaboración de una correcta
estrategia militar depende directamente de una estrategia nacional que debe ser
definida por el poder político.
Sin
proyecto de país, los análisis militares solo sirven para gastar el tiempo de
los uniformados y la plata de los contribuyentes.
“Hipótesis de conflicto” es un concepto que se deriva de la
estrategia nacional y militar que, al definir quién es el oponente, adversario,
enemigo, posibilita la preparación de planes, entrenamiento y logística para
asumir la contingencia de un enfrentamiento bélico.”
Para
la mentalidad media de los oficiales del Ejército, hasta más o menos el 2010, Argentina
vivió 2 guerras: una contra la
Subversión y la otra por Malvinas.
Para
encarar la “guerra antisubversiva” su hipótesis de conflicto se basa en
la estrategia nacional y militar elaborada antes de 1976. La estrategia la
elaboraron el FMI; los organismos financieros internacionales y el Departamento
de Estado de EEUU.
Después
de 1955 la imposición de teorías económicas- sociales y políticas de cuño
liberal y la acción del Departamento de Estado en Latinoamérica en conferencias
para comandantes militares, junta interamericana de Defensa, visitas guiadas a
EEUU, ejercicios militares conjuntos, provisión de armamentos, asesorías,
cursos de todo tipo, préstamos, etc, etc, etc le permitió al Pentágono
subordinar la conciencia del Ejército Argentino para adherir a la hipótesis de
defender NO la integridad
territorial, la vida y los bienes de los ciudadanos argentinos sino el “estilo de vida y los valores
del mundo occidental y cristiano” osea, los intereses del hemisferio norte y
que EEUU imponía a toda Latinoamérica.
Ya
no era para los uniformados, la integridad territorial, la Patria , la vida de sus
habitantes, el objetivo de sus preocupaciones. Asumieron como propias las
ideas, los intereses de los Jefes del Norte y de las clases dominantes locales,
empapados de ideologías foráneas, acuñadas en el extranjero (en EEUU sobre todo).
Utilizaron
las tropas nacionales contra los habitantes locales y sus derechos
constitucionales. Nuestros uniformados
se sintieron, como sus antepasados del Siglo XIX cruzados de la “civilización
occidental” contra la barbarie de los locales. Y las tácticas se las
compraron hechas a los Generales franceses derrotados en las guerras de
Liberación de Vietnam y Argelia. Sobre todo en Vietnam. El Ejército Francés
mostró su increíble incapacidad militar. Dien Biem Phu da cuenta eterna de
ello, pero antes de salir corriendo de Vietnam y Argelia, donde estuvieron 140
años, para mantener su dominio usurpador desarrollaron un duro régimen de
terror basado en el secuestro de gente desarmada, delación, tortura constante y
sistematización de información.
“La batalla de Argelia” esa
extraordinaria y recomendable película es importante para entender la
perversión de los civilizadores. Esa metodología es la que utilizó el Ejército Argentino
de Videla en esa época.
Hacia
1981, al totalizar más o menos 30.000 bajas de ciudadanos argentinos y
extranjeros, dieron por terminada la faena.
Pero
la aplicación de la estrategia económica elaborada por los centros imperiales y
aplicada por Martínez de Hoz precipitaba la debacle económico-social.
Y
entonces, alentados por el éxito en el exterminio de la “barbarie” local y
habiendo participado activamente por pedido de los amos imperiales en el
“combate” contra las formaciones ciudadanas de guerrilla en El Salvador y
Guatemala transmitiendo con muy buen resultado la metodología probada en
Argentina, deciden dar un salto hacia delante. Desembarcan en Malvinas.
Suponían
que EEUU e incluso Inglaterra serían comprensivos dado todo lo que ellos habían
aportado a la causa de la “civilización occidental y cristiana”.
Sabemos
ahora que a pesar de que una parte del territorio nacional estaba ocupado por
una potencia extranjera, nunca las
FFAA elaboraron una hipótesis de recuperación y reintegro de ese territorio.
Si no hay hipótesis de conflicto no hay preparación ni
elaboración de planes para lograr el objetivo.
La guerra duró 40 días. Como
diría Sabina: lo que dura …
Relatan
Grecco – González en “El Ejército que
tenemos” que “en 1988 Nora Kinzer-Stewart publica una investigación
titulada “Conflicto del Atlántico Sur de
1982. Un caso de estudio en Cohesión militar” para el Instituto de Investigación
del comportamiento y de las ciencias sociales de la Armada de EEUU. Dicho
informe es “un análisis comparativo post
hoc de un conflicto, combinado en armas, de corta duración entre dos fuerzas
tecnológicamente bien equipadas”.
De
los múltiples comentarios y conclusiones consignamos algunas:
Otro hubiese sido el
resultado si:
-
En lugar de conscriptos de
19 años sin entrenamiento Argentina hubiera llevado sus tropas profesionales
que dejaron en el continente.
-
Si la aviación naval en
lugar de mal llevarse y competir con la Fuerza
Aérea hubiesen actuado coordinadamente.
-
Si hubieran tenido planes de
abastecimiento logístico para el combate.
-
Si hubieran tenido servicios
médicos para asistir a los combatientes.
Los
déficit más importantes fueron la falta de coordinación vertical y horizontal
combinada con falta de entrenamiento, doctrina, logística, servicios médicos.
La
base de entrenamiento de los oficiales fue escolar en los institutos y colegios
militares.
No tenían
memoria vivencial de combates verdaderos.
(Bueno…memoria
vivencial tenían: de secuestros de gente desarmada, de torturas a prisioneros,
de robos de niños, de fusilamientos, de arrojar prisioneros al río y al mar, de
robar bienes y propiedades, etc, etc)
Los
suboficiales tampoco tenían entrenamiento en tácticas de campo de batalla. La
rígida y altanera forma de conducción no produce una adecuada relación entre
tropa y comandantes en combate real. Las Fuerzas Argentinas tienen larga
experiencia en saber manejar políticas y estrategias geo políticas pero poca o
nula experiencia en logística y provisión para el combate.
Los
soldados argentinos fueron enviados con uniforme de verano sin provisión de raciones
ni apoyo logístico.
El Informe del investigador
de EEUU es duro y contundente aunque parcial y acotado.
Existe
un documento de extraordinario valor, imprescindible para conocer mejor la
tragedia de Malvinas. Es el INFORME RATTENBACH.
Este
importante documento fue elaborado por una comisión de altos jefes de las 3 Fuerzas
con la dirección del Tte Gral Rattenbach.
Creo que Argentina es uno de
los pocos países donde fueron investigados, juzgados, condenados al menos una
parte de los responsables de lesa humanidad y también el régimen que provocó.
Han pasado más de 30 años.
Creo que deberíamos tener presente las palabras de la Presidenta Cristina
cuando llama a considerar necesario cerrar
el río de sangre que tanto sufrimiento produjo en la Sociedad Argentina.
Hoy en día la casi totalidad
de los responsables ya no están en las FFAA.
En
ningún lugar de América y el mundo la sociedad civil avanzó tanto en la
consigna “Justicia y Castigo” pero también es cierto que en ningún lugar los
juzgados, condenados, su entorno social y profesional aceptaron no sin virulenta
resistencia, las consecuencias de la condena legal y social.
Estoy
firmemente convencido que los responsables del genocidio, civiles y militares
son eso, responsables personales de los delitos cometidos.
Pero
no son dueños de la historia y el devenir de la vida del pueblo argentino, por
más poderosos señores de sable y uniforme que hayan sido.
De
la misma forma que Menem y sus cómplices son responsables sin juicio ni castigo
del genocidio económico y social de la Nación y su Pueblo; son delincuentes eximidos de
su responsabilidad que habiendo sido elegidos democráticamente perteneciendo al
partido político que representaba los intereses nacionales y populares
traicionaron el mandato de su Pueblo.
Pero
Menem, su corte y sus herederos no son
los dueños del legado histórico del peronismo y mucho menos de la democracia y
su metodología.
¿Será
tiempo de intentar nuevamente un proyecto de país, con estrategia nacional y
uniformados con vocación nacional, popular y democrática?
Creo que si en un proceso no logra el Pueblo Argentino y su proyecto nacional integrar a sectores tan decisivos como lo demuestra la historia, alguien de adentro o afuera lo va a lograr.
Y a los comunes del llano,
esto de los “uniformes”, ¿cómo nos llega?
Cuando por no tener proyecto - estrategia nacional y
militar perdimos Malvinas, los invasores, además de
instalar una base atómica en la
Otan , vendieron los derechos para buscar petróleo y remataron
los derechos de pesca a empresas que están depredando el recurso (cada vez hay
menos calamar y merluza).
En
Semana Santa 1 kg
de merluza costaba más que 1 kg
de milanesa.
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