3 dic 2020

17 años ininterrumpidos de labor en Cruz Roja, Corazón Cruz Rojista Siempre. José María Di Bello – Epílogo Doloroso.

Difícil encarar en pocas líneas una síntesis de tanto transitado, de tantos desafíos y fundamentalmente de tango cariño y aprecio. Mi labor comenzó allá por octubre de 2003, cuando ingresé para coordinar un proyecto sobre prevención del VIH en comunidades en situación de vulnerabilidad, ambicioso proyecto que se desarrolló en 31 comunidades en 9 provincias, con un financiamiento del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria. Sin embargo, a poco de ingresar me percataba de que el primer gran desafío para que el proyecto pudiese llevarse adelante no sería el proyecto en sí, ni el abordaje comunitario, sino el abordaje de nuestra propia comunidad, la comunidad de Cruz Roja, cambiar mentalidades hacia adentro, ese fue el primer gran desafío y nos pusimos en marcha con el maravilloso equipo que me había tocado. Así mismo no solo contábamos con el aval del gobierno de Cruz Roja Argentina (CRA), sino fundamentalmente con el entusiasmo y el compromiso del voluntariado.


Encarnar nuestros principios y valores fundamentales y no solo recitarlos, necesitan mucho m
ás que solo nuestra comprensión, necesita que cada unx de nosotrxs podamos reconocer nuestras propias creencias y prejuicios respecto del mundo de la sociedad y del ser humano. Una vez que las identifico y que sé que son parte de mí, puedo reflexionar e interpelarme a mi mismx y aunque las asuma como propio y me identifique con ellas conscientemente, eso me permitirá evitar que mis prejuicios y creencias se pongan en juego en nuestra acción humanitaria y en todas las acciones que emprenda en las comunidades, incluyendo la propia y así entonces obrar desde nuestros principios y valores fundamentales como Cruz Roja.

Venimos de una institución mucho más que centenaria: solida, con experiencia, con una gran mochila de éxitos y magnifica contribución en la acción humanitaria, pero también en cierto modo muy rígida y conservadora. Estas últimas son características muy obstaculizadoras a la hora de emprender un proyecto sobre salud y derechos sexuales, en particular sensibilización y prevención del VIH y contribuir a reducir el estigma y la discriminación asociadas al VIH. Se trata de abordar temas de sexualidad, de diversidades y disidencias sexuales, de consumo de sustancias, del trabajo sexual, de prácticas sexuales, de deseo, goce y disfrute sexual; también de violencia, de asimetrías y desigualdades de género, del ejercicio de nuestros derechos, de la participación comunitaria, de la demanda de políticas públicas, del respeto... ¿De qué serviría dar una charla prejuiciosa sobre abstinencia, fidelidad y preservativos (que era lo que se hacía hasta ese entonces) o aun facilitar un taller sobre el correcto uso del preservativo sin interpelar e invitar a la toma de conciencia de las comunidades y las personas sobre sus prácticas sexuales, sobre sus deseos, sobre sus formas de vincularse, sobre el respeto entre todxs, sobre el compromiso social etc?

Con el equipo arremetimos en estructurar unos talleres de tres jornadas por instancia, con énfasis en los procesos de enseñanza y aprendizaje participativos, con numerosas técnicas que desde lo recreativo nos proponían repensarnos a cada uno de nosotrxs sobre nuestra manera de relacionarnos, el ejercicio de nuestra sexualidad y el reconocimiento de nuestras diversidades, así como también sobre nuestra hermandad humana. Los espacios resultaron altamente movilizantes para el voluntariado y la demanda con los meses aumentó mucho más allá de las filiales específicas incluídas en el proyecto incial. En esos años se logró que casi la mayoría de las filiales encaraban acciones relacionadas al VIH y la salud sexual, comenzamos a tener un reconocimiento a nivel local y regional respecto al trabajo en el tema, siendo invitadxs a conformar parte de las mesas de diálogo multisectoriales y multiministeriales a nivel local, nacional e internacional.

El proyecto por el que inicialmente había sido contratade, no solo había logrado los objetivos y metas que tenía propuesto, sino que se profundizó en el trabajo de inserción comunitaria, entendiendo a las comunidades no solo en su dimensión territorial-geográfica. En 12 provincias comenzaron a funcionar más de 40 grupos de apoyo para personas con VIH en nuestras filiales, cada uno con modalidades propias que definía cada grupo. El trabajo de articulación con las políticas públicas especialmente de Salud y Educación hizo que esas filiales fuesen la organización civil a la que se le encomendaba el liderazgo de acciones en diferentes ámbitos.

Comedores comunitarios que otrora habían literalmente expulsado a personas con VIH, por temor, ahora no solo los reintegraban para que pudieran alimentarse, sino que organizaban en el propio comedor grupos de apoyo para personas con VIH del barrio. Cientos de jóvenes y adolescentes de las comunidades se sumaban como pares multiplicadores, a sensibilizar en espacios de encuentro habitual de jóvenes en el barrio, plazas, esquinas, canchitas de futbol.

 A partir de las experiencias con los grupos de apoyo y reflexión de VIH, se conformaron grupos con características particulares, como algunos grupos de personas trans con VIH o grupos de personas usuarias de sustancias psicoactivas; la mayoría de ellos       luego se organizaron y conformaron sus propias asociaciones o redes, muchas de ellas se incorporaron a redes nacionales de VIH o frentes de asociaciones. Esos grupos empezaron a lograr el ideal de lo que podemos considerar como comunidad resiliente, terminando en la gestación de su propia organización.

Los logros que tuvimos en el desarrollo del proyecto y luego del programa de VIH, fueron posible sin lugar a dudas por contar con la gran estructura y desarrollo territorial de CRA.       Mi recorrido venía de la docencia, el trabajo en hospitales y en organizaciones pequeñas con incidencia en ámbitos locales. En CRA apenas ingresé tuve que rápidamente aprender a trabajar en una enorme organización, con una red territorial nacional, trabajar con los procedimientos y protocolos administrativos y de control, necesarios para sostener acciones simultáneas de distintas provincias al mismo tiempo. Todo ello fue un gran desafío y aprendizaje para mí y, de hecho, cada vez que he sido tentade de sumarme a otra organización -y a pesar que a veces en términos económicos los ofrecimientos eran muy atractivos-, siempre ha tenido más peso la increíble labor del voluntariado y el llegar a comunidades donde casi ninguna organización llega, en simultaneidad en distintas provincias y extremos del país. Ese abrazo humanitario gigantemente abarcativo y a la vez singular, ha sido el gran corazón que siempre se anteponía a cualquier ofrecimiento o idea de volar hacia otra organización.

Estos desarrollos fueron percibidos por la comunidad internacional, la Secretaría de la Federación Internacional de Cruz Roja y Media Luna Roja, nos invitaba y participaba a diferentes eventos, a compartir nuestro trabajo con colegas de diferentes regiones del mundo, así mismo nos solicitaba que ocupáramos espacios de representación de la FICR en diferentes ámbitos, como las conferencias mundiales de Sida en las que fuimos invitadxs a todas desde el 2004 hasta la última presencial en Amsterdam 2018. Hemos sido parte de la delegación oficial de país y de la delegación de la FICR en las Asambleas Generales Especiales de Naciones Unidas para el VIH en el 2008, 2011 y 2016 y, además, -también como único integrante de la delegación oficial país y de la FICR- en la Reunión de Alto Nivel de Naciones Unidas para la Tuberculosis 2018. Así mismo, se decidió que yo integrara el grupo de gobernanza de VIH de la Federación Internacional de Cruz Roja y Media Luna Roja que funcionó entre el 2006 y el 2010, en el que por primera vez había un técnico sentado con los demás presidentes que conformaban el grupo, como un par más con voz y voto. Desde allí pudimos impulsar la conformación de la Red Global de Personas con VIH de Cruz Roja y Media Luna Roja, que llegó a tener puntos focales de todos los continentes, y que fue invitada por otras organizaciones internacionales para tomar ideas para conformar redes similares en sus propias organizaciones. Eso nos llevó a ser socios estratégicos para los armados de dos de los Livings, las cumbres mundiales de liderazgo positivos. Inclusive a ser invitadxs a ser parte de una mesa por la embajadora de ONUSIDA, la princesa Estefanía de Mónaco.

Mientras tanto, en Cruz Roja Argentina ya había pasado de coordinar un proyecto, a ser      nombrade Coordinadore de Programa. El trabajo en VIH y Salud Sexual nos hizo incorporar y, a la larga, expandir las acciones en todo lo relacionado con Salud y Derechos Sexuales, como así también en las temáticas de Genero y Diversidad. Esto último asociado al estigma, la discriminación y la violencia de género. Así mismo, como de entrada nuestro abordaje en VIH incluía el enfoque de reducción de riesgos y daños asociados al consumo de sustancias psicoactivas, esa fue la otra temática en la cual empezamos a desarrollar nuestras acciones. Nuestro trabajo se desplegó en todos esos ámbitos, generando la existencia de nuevos programas nacionales como el de Género y Diversidad el de Prevención y Reducción de daños asociados al consumo problemático de sustancias y el programa de Apoyo Psicosocial. Este último  gestado sobre todo a partir de nuestro trabajo con los grupos de apoyo para las personas con VIH y del rol que tuvimos en la terrible tragedia del Incendio de Cromagnon donde fallecieron 194 jóvenes.

Estos programas profundizaban y generaban nuevas necesidades, no solo en el abordaje comunitario, sino también y fundamentalmente en el cambio de mentalidades hacia el interior de nuestra propia organización. Se intensificaron en los años los talleres y sensibilización en las diferentes temáticas, así como lo había sido en VIH. Se trataba      de abordajes abiertos, participativos, que no dejaban a nadie afuera: porque no es lo mismo trabajar en sustancias psicoactivas desde un enfoque abstencionista y prohibicionista, que desde un enfoque de reducción de daños, del sujeto usuario de sustancias como sujeto de derechos. Ni qué hablar de abordar la temática de género y diversidad, desde una perspectiva inclusiva, desde un abordaje de derechos, que cuestiona la desigualdad, la asimetrías de poder, la violencia y al machismo como idiosincrasia productora de esas violencias y desigualdades. De hecho en el año 2010 fuimos con otras organizaciones quienes inauguramos la campaña de Hombres contra el Machismo, entendiendo que los varones deben sumarse a las acciones y el reclamo por una sociedad más igualitaria entre los géneros. Así mismo en esta campaña los voluntarios varones cis géneros, se comprometían a revisar sus prácticas machistas naturalizadas y sus micromachismos y a hacer acciones para cambiarlas. Justamente trabajamos en nuestros talleres de sensibilización para que todos, todas y todes nos reconozcamos como machistas, ya que por ser educados y criadxs en una cultura machista inevitablemente reproducimos el machismo y una vez que nos reconocemos ahí podemos empezar a deconstruirlo y promover una nueva conformación social y cultural con otro tipo de vínculos más respetuosos y solidarios.

Ya para ese entonces, había sido nombrade  en Cruz Roja Argentina como Subdirectore de Salud, a cargo de todos los Programas de Salud.

Nuestra labor ha sido destacada en varios programas y hemos sido requeridos en ámbitos regionales y mundiales por nuestras experticias, pero fundamentalmente por nuestras experiencias en el trabajo a nivel comunitario con enfoques arriesgados pero sobre todo coherentes a nuestros valores y principios organizacionales en los siguientes temas:    

Salud comunitaria. No solo por la experiencia en las comunidades, sino por el rol de liderazgo en las Américas

Apoyo Psicosocial que además de siempre sostener lo fundamental del abordaje comunitario del APS hemos sido siempre insistentes y hasta el hartazgo en el “Cuidar a quienes cuidan, es decir, a nuestro voluntariado

Género y Diversidad por nuestro abordaje desde una real perspectiva de género y diversidad, inclusiva, integral, no biologisista, ni hetero-cis-normativa, y por incluir el trabajo con personas de colectivos de la diversidades y disidencias sexuales.

Prevención y Reducción de daños asociados al consumo problemático de sustancias psicoactivas siendo quienes impulsamos la instalación de la temática por primera vez en el documento de la Conferencia Interamericana en 2007 en Guayaquil.      La primera SN en las Américas en tener un programa aprobado por Asamblea General en el 2010, programa ampliamente difundido en las acciones que llevan adelante la filiales, con mensaje claros y audaces de autocuidado y cuidado colectivo  desde la perspectiva de la reducción de daños y de géneros y diversidades en sus herramientas comunicacionales

Salud Sexual y VIH, ya de alguna manera abordado.

Seguridad Vial, con experiencias de trabajo en un desarrollo de tres años de un proyecto de investigación-acción liderado por jóvenes fundamentalmente en el eje de seguridad vial y consumo de sustancias. Escogidos por la Agencia Nacional de Seguridad Vial, para sensibilizar y capacitar en todo el país a todxs lxs agentes que intervienen en la respuesta a víctimas y red social afectiva de un siniestro vial.

Programa de Personas Adultas Mayores, que más allá del servicio de Teleasistencia Domiciliaria, ha creado una red de voluntarixs que visitan en sus hogares y en instituciones a las personas adultas mayores y trabajan desde el enfoque de envejecimiento saludable.

Esto, solo por mencionar aquellos programas en los cuales hemos tenido algún reconocimiento especial, pero que no agota los programas a cargo, como los de Donación de Sangre, Agua y Promoción de la Higiene, Estilos de Vida Saludables, Salud en Emergencias, Migraciones, No discriminación y derechos.

Todos llevado adelante gracias a un pequeño pero gigante equipo en el último tiempo compuesto por Mónica Ventura, Manuelita Diez y Jonatan López Márquez (y las 9 operadoras de teleasistencia) y también déjenme mencionar que hay una lista muy grande de otrxs extraordinarias compañerxs que me acompañaron en estos 17 años y que han sido fundamentales para el gran desarrollo que han tenido nuestros programas, y para mi desarrollo personal y profesional en la institución. Quise empezar a nombrales a todxs pero cuando ya llevaba diez renglones de nombres y me daba cuenta que tenía      que seguir sumando personas y me faltaba además empezar a mencionar a colegas de distintos países y de la FICR, decidí solo dejar al equipo de la Dirección de Salud de la última etapa. Pido mis más sinceras disculpas por no mencionarles a todxs, pero por otro lado esa lista que crecía sin parar, otra vez me hace dar cuenta de que soy una persona millonaria en haber sostenido vínculos afectivos, solidarios y comprometidos con tantas personas increíbles. GRACIAS, GRACIAS Y MUCHAS GRACIAS.

Sin embargo, lamentablemente me encuentro en un momento de gran tristeza y dolor.     Desde hace una semana me vi obligade a darme por despedide de CRA, después de los reiterados reclamos que hice para que cesara el mobbing laboral que estaba sufriendo. Sin lugar a duda mi sueño y mis deseos estaban en seguir desempeñando mi labor con el mismo compromiso hasta poder jubilarme, pero parece que no era lo que quería el gobierno de la Sociedad Nacional.

En los dos últimos años, después de siete años como Directore a cargo de la Dirección de Promoción de la Salud y Desarrollo Comunitario se me excluyó en forma creciente de cualquier ámbito de decisión y participación. La Dirección a mi cargo se ha visto cada vez más relegada de la intervención de salud en emergencias, traspasándose dicha intervención a otras direcciones y áreas. Llevando nuestra labor a un aislamiento creciente. Esto es así al punto que en febrero, se me envió un mail indicándome que no debía brindar información a la Coordinadora Regional de Salud para América de la Federación Internacional de Cruz Roja, con quien tengo vinculo por ser Directore de Salud, y siendo que en esa calidad había sido consultado por ella sobre la situación socio sanitaria de las comunidades Wichis en Salta. En dicho mail se me indicaba que “NO SE ENVIARA NINGUNA INFORMACION sino es en forma coordinada y a través de (interpósita persona)”. Cercenándose así la comunicación directa con la Coordinadora Regional de Salud.

En el marco antes señalado en mi condición de Directore de Salud de la Cruz Roja Argentina, hasta hace dos años yo tenía a mi cargo 12 programas -distribuidos en tres coordinaciones-. De los mismos, fueron eliminados y/o traspasados a otras Direcciones primero dos programas, y el 4 de julio de 2020 tras haberme “atrevido” a osar proponer en un email, estudiar medidas de apoyo al voluntariado por los problemas emocionales y económicos generados por la pandemia, sin ningún tipo de justificación, se me comunica que serían retirados de mi Dirección tres programas más. Entre ellos, justamente con el que intentábamos contener al voluntariado que es el de “Apoyo Psicosocial” y desde el cual hice la mencionada propuesta de acompañamiento y apoyo. Junto con este nuevo recorte de funciones, en misma fecha también retiraron de mi cargo dos de las tres coordinaciones y 11 de los 12 empleados a mi cargo (dos coordinaciones y 9 operadoras de tele-asistencia). Evidentemente se busca aleccionar sobre los “resultados” de realizar propuestas o plantear problemas, y de generar desasosiego y cansancio de mi parte viendo cómo se cercenan mis funciones, tareas y responsabilidades al extremo, vaciando literalmente la Dirección de Salud: lo cual representa no solo una contradicción flagrante en sus propios términos en un cuadro de pandemia y emergencia sanitaria sino también una manifiesta violación a mi derecho a expresar mis pensamientos.

En referencia a mi mail enviado al Consejo de Gobierno de la Cruz Roja Argentina el 30 de junio de 2020, expresando la preocupación respecto del voluntariado, recibí como única respuesta, además del drástico recorte mencionado, un mail en términos de reprimenda y amenaza, que nada tienen que ver con el tono propositivo y respetuoso de mi misiva y expone claramente la animosidad del Consejo Directivo. Allí en primer lugar se me reprocha que en forma “malintencionada” estaría  “quebrando el orden jerárquico -que estás obligado a respetar-, utilizas un mecanismo  de “per saltum” esquivando a tu Secretario y a esta Secretaria General, para enarbolar  ante el Consejo de Gobierno, tu supuesta abogacía de las vulnerabilidades de nuestro voluntariado” lo cual constituiría una “reiteración” de “conductas inadecuadas y de grave incumplimiento a tus obligaciones como empleado de Cruz Roja”  donde además se intenta adjudicarme un supuesto “efecto por vos querido” de “enaltecer tu figura supuestamente quijotesca”. y se me acusa de una supuesta “actitud demagógica y populista”, lo cual en realidad refleja su animadversión para conmigo y mis opiniones políticas y/o sociales. Y nada en mi trabajo diario ni ninguna otra actitud de mi parte justifican de algún modo que en ese email se asevere de mi parte un  intento por desestabilizar a la jerarquías del Órgano de gestión trasluce una conducta gravísima de tu parte que evidencia un también gravísimo incumplimiento a los deberes a tu cargo como dependiente de Cruz Roja Argentina”. Por último me amenaza con pretensión de coartar mi libertad de pensamiento y expresión intimándome a “abstenerte en el futuro de reiterar actitudes y conductas como las aquí criticadas, bajo apercibimiento de disponer las sanciones disciplinarias” indicándome al mismo tiempo que “sin perjuicio de lo cual te hago saber que tu mail de fecha 30 de junio de 2020 aquí referido y la presente respuesta será archivada y registrada en tu legajo personal.” Todo esto,       constituye un claro y manifiesto hecho de persecución y un cercenamiento a la libertad de expresión, que rechazo enfáticamente y repudio.

Nada, absolutamente nada, de mi comportamiento, actitudes, acciones desarrolladas, labor encarada ameritaba tal destrato como el de estos últimos cuatro meses. El hecho de que absolutamente nadie del Órgano de Gobierno ni de la alta gerencia -a pesar de haber enviado telegramas poniéndoles en conocimiento de situaciones que venía soportando y por supuesto exigiendo se modifiquen-, nadie en cuatro meses intentó      ponerse en contacto, comunicarse conmigo con una mínima consideración y respeto, que merece cualquier ser humano pero más después de 17 años de trabajar juntxs. Todo lo contrario, en las cartas documento de respuestas que he recibido por supuesto rechazando todo lo mencionado que es lo mismo que menciono aquí, además se me trata de amedrentar aseverando que accionarán contra mí por imputarle “falsos cargos”, cuando soy yo quien ha reclamado e intimando el cese del trato discriminatorio, maltrato y mobbing laboral sobre mi persona.

Se me respondió con más destrato y discriminación, sin ya ni siquiera indicarme, en estos últimos meses, las tareas teniendo en cuenta el actual y nuevo organigrama. Muy lejos del espíritu de Cruz Roja, que ni siquiera se haya podido actuar de una manera más correcta institucionalmente, al menos con algo de nuestra tan mentada Diplomacia Humanitaria.

Jamás hubiera pensado que tendría que exponer este tipo de situaciones, pero ante semejantes hechos quedar en silencio es imposible.

Es un momento de herida abierta, pero también el momento en el que me nace escribir. Me queda el cariño y los numerosos mensajes de fuerza y coherencia que me han transmitido mis compañerxs a los que quedaré eternamente agradecide y el ejemplo de la humanidad amorosa y solidaria que representa el voluntariado, que es el gran motor y corazón de Cruz Roja.

 

José María.

No hay comentarios:

Publicar un comentario