23 ene 2014

ELLA

Amigos, permítanmé compartir hoy con ustedes un sentimiento.
Ayer, millones y yo la volvimos a ver.
Furiosa, la jauría mediática clamaba por su presencia. Soñaban con renuncias, salidas tipo “De la Rua”, crisis terminal, caos social.


Y apareció, de blanco para cubrir dolores físicos y ausencias permanentes.
La agenda revienta de problemas. El Club de París, el descenso de las reservas, el chantaje de los importadores, la inaudita remarcación de precios, etc, etc…

Y no vino sola. Con su equipo trajo de laderos “al Coqui”, que cada día explica mejor y rechaza con clase y razón la banalidad mediática.
Y estaba Axel, el hombre de cátedra y sesudas tesis, el Ministro “sin corbata” que carga la cartera más pesada, recién llegado del primer round con los dueños del mundo.
Con esas espadas contará el enfrentamiento a los grandes problemas.

Y para ELLA, reservó dirigirse al millón y medio de argentinos de 18 a 24 a quienes la desocupación y marginación de sus ancestros los condena a repetir ampliada la experiencia de sus padres.

Es el sector NI-NI.
Ni estudia, porque perdió el tren. Ni trabaja porque no tiene preparación, pero son la esperanza de renovación generacional, el aporte humano de un sector de ancestrales generaciones de argentinos, que pagaron con sus cuerpos el monstruoso costo del neoliberalismo en nuestra Patria.

Y más allá del valor material que el plan PROG.RE.SAR signifique, entiendo que lo extraordinario del suceso es que ELLA, mi ella… en su primera “reaparición”, enfoca su atención sobre un grupo humano ninguneado, estigmatizado, abandonado a su suerte.

ELLA orienta la atención del Estado en beneficio de uno de los sectores más desprotegidos.
ELLA los hace visibles.
ELLA obliga al Estado a reconocerlos ciudadanos argentinos con derecho a ser protegidos.
Y esto sucede, cuando en el mundo civilizado, en la Europa que nos aprieta en París, allí en la cuna del Estado de Bienestar, rebajan jubilaciones, salarios y beneficios sociales.

La Dama de Blanco exhibe a la sociedad una dura deuda interna y aplica una solución.
Otra vez, ELLA ve y se compromete con la causa de los más desprotegidos.

Y se me agita el alma, porque no olvido que sólo Néstor y Ella tendieron una mano a quienes luchábamos desde siempre por el reconocimiento de derechos, por entender que la diversidad es condición natural de la existencia humana.

Por eso, amigos… permítanme confesarles:


¡Cristina, Cada Día Te Quiero Más!

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